domingo, 28 de diciembre de 2014

Varsovia Club Holístico

Absorbía tanta inmadurez que me generaba escalofríos discutir lo mismo sólo por un amor dinámico de las aglomeraciones abstractas. 

No podía. Pensar que dilucidabas las jerarquías estructurales del poder aunque no entendieras el pulso nato de dar prueba de su justificación. 


Pero los ingenuos me demostraban que no importaba justificar, porque la diferencia de amor acababa en una manifestación de inaudita pasión por el vivir.


Yo guardo soberbia (no tengo dudas), no por el propio modo, destinativo de ser, sino por la carne, el statu quo, y esa cosa bella de los soviéticos, la creencia en la máquina por la superación del mundo.


Artificiosamente (esta) idea no tiene amor, pero tiene felicidad perfecta, acaso en los vientos de los atardeceres. 

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